Políticas de la editorial

Enfoque y alcance

el laberinto de arena alienta la publicación de artículos, ensayos y reseñas bibliográficas en el área de las humanidades desde un enfoque filosófico. Interesan aquellas producciones que den cuenta de resultados parciales o finales de investigaciones; escritos de carácter ensayístico que reflexionen en torno a las relaciones entre la filosofía y las diferentes disciplinas en el ámbito de las ciencias humanas, así como también vinculadas a la historia de la filosofía.

 

Políticas de sección

Presentación

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Pasajes

En esta sección se publican artículos de investigación sobre las temáticas que constituyen el alcance de la revista.

- Los artículos remitidos deben ser inéditos y no haber sido enviados a ninguna otra publicación.

- Deben ser enviados por correo electrónico a la dirección de la revista: laberintosdearena@gmail.com en Word, siguiendo las normas especificadas en la sección correspondiente y que contenga todo el material necesario para su evaluación y publicación.

- El texto debe venir acompañado de un resumen del CV de no más de una hoja de extensión.

- El escrito debe contener un resumen en español que no supere las 150 palabras y otro en idioma inglés.

- Se deben presentar e identificar como tales entre 3 y 6 palabras clave en español y en idioma inglés.

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Hilos de la fábula (Dossier)

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Lecturas

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Infinita es la historia de la arena (Diálogos)

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Proceso de evaluación por pares

Las contribuciones para cada una de las secciones de la revista serán sujetas a la evaluación del Comité Editor y de evaluadores externos. El Comité Editor se reserva el derecho de rechazar las contribuciones enviadas si éstas no cumplen con los  requisitos de presentación formal (Pautas de publicación), si exceden la longitud máxima establecida para cada sección o si no son resultados inéditos de investigaciones realizadas o en curso. La decisión del Comité Editor será definitiva y no darán derecho a réplica.

 

Política de acceso abierto

Esta revista provee acceso libre inmediato a su contenido bajo el principio de que hacer disponible gratuitamente la investigación al publico, lo cual fomenta un mayor intercambio de conocimiento global.

 

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El laberinto, el tiempo, la filosofía

La figura del laberinto solicita a la filosofía desde tiempos  ancestrales.  En un estudio memorable, Giorgio Colli nos recuerda el doble carácter de enigma y a la vez de riesgo, de peligro,  que implica para los mortales el desafío  del  laberinto.  Entre nosotros  Borges  poetizó su imagen para referir  agonismos  impolíticos, e infructuosas y, a la vez, imperativas  búsquedas metafísicas.

Si atendemos al mito que intersecta una y otra vez al origen de la filosofía,  el laberinto es  invento de Dédalo, ateniense en el que confluyen las habilidades del artesano, del artista y de un incipiente logos que se manifiesta como sabiduría técnica. Como refiere Homero: “Un lugar para la danza,  semejante al que Dédalo inventó y construyó en la extensa Knosos, para Ariadna, la de cabellos hermosos”.  ¿Qué danza podrá tener lugar en el laberinto? Al parecer una danza ritual de luces y sombras, de vida y de muerte en honor de la diosa, como se celebraba en el palacio de Minos.

Y si el laberinto es metáfora del enigma y del riesgo, lo es porque en él aguarda Ariadna pero también acecha el Minotauro.  Hay en Borges una metáfora insistente: el laberinto como “red de piedra”. Se nos dice que en esa red “se perdieron generaciones” y también que “ni Zeus podrá destejerla”. Por eso puede decir Platón en el Eutidemo: “Arrojados dentro de  un laberinto” en alusión a cierta condición radical del filosofar. En efecto, el laberinto, creación humana, creación cercana a la belleza y a la razón apolínea que muestra su forma geométrica, es sin embargo, el lugar en el que acecha Dionisos.   Pero es también el lugar de la mujer diosa, o de la diosa mujer que pone el hilo en la mano de Teseo, el hilo para “destejer las redes de piedra”. Es decir, el laberinto es el lugar de la temporalidad, el hábitat de los hijos de Cronos, el espacio en el que algo puede acontecer: el amor, la muerte o el valor para conjurar una maldición, para destejer la  red de piedra.  Al decir de Borges, aún cuando no sabemos “si nos rodea un laberinto, un secreto cosmos, o un caos azaroso” nuestro hermoso deber es imaginar que “hay un laberinto y un hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que llaman filosofía…”
La arena aquí es el signo de los días, del horizonte del enigma y de la experiencia, y por qué no decirlo, es el suelo del río, ese al que nunca bajamos dos veces, como sentencia Heráclito. Pero es también el río que nos nombra, que nos sitúa en una determinada geografía del laberinto, en un arrabal de la pampa, en una orilla de Nuestra América. Orilla  donde intentamos pensar e inscribir huellas que otros muchos puedan transitar. Pensamos el laberinto de arena, revista de filosofía como una publicación semestral del Departamento de Filosofía de la Facultad de Ciencias  Humanas  de la Universidad Nacional de Río Cuarto y nos proponemos  abrir un espacio que permita dar cuenta de las  búsquedas teóricas en el campo de las humanidades de  investigadores y docentes universitarios desde una perspectiva filosófica.  Acaso hacer filosofía, para nosotros, aparceros de la orilla del río, no sea sino esa huella efímera que inscribimos con insistencia laboriosa, con la terquedad de quienes encuentran y pierden porque no dejan de imaginar y de buscar el hilo que permita  destejer las persistentes redes de piedra.