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Cita recomendada:
Literas, L., Reseña al libro de Lidia Nacuzzi (comp.). (2018) Entre los datos y los formatos: indicios para la historia indígena de las fronteras en los archivos coloniales. Buenos Aires: Centro de Antropología Social IDES, 335 págs. Revista TEFROS, Vol. 17, N° 1, enero-junio 2019: 162-168.
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Reseña al libro de Lidia Nacuzzi (comp.). (2018) Entre los datos y los formatos: indicios para la historia indígena de las fronteras en los archivos coloniales. Buenos Aires: Centro de Antropología Social IDES, 335 págs.
Review of the book by Lidia Nacuzzi (compiler). (2018) Between data and formats: signs for the indigenous history of frontier in the colonial archives. Buenos Aires, Centre of Social Anthropology IDES, pp. 335.
Resenha do livro de Lidia Nacuzzi (comp.). Entre los datos y los formatos: indicios para la historia indígena de las fronteras en los archivos coloniales. Buenos Aires: Centro de Antropología Social IDES, 2018, 335 p.
Luciano Literas
Consejo Nacional de investigaciones Científicas y Técnicas
Universidad de Buenos Aires, Argentina
Fecha de recepción: 15 de diciembre de 2018
Fecha de aceptación: 02 de enero de 2019
RESUMEN
Se presenta una obra colectiva, coordinada por la Dra. Lidia Nacuzzi, que hace foco en las fuentes documentales generadas durante la colonización española de América y su uso para la historia indígena del Chacho, las Pampas y Patagonia. En cada uno de los capítulos, las autoras caracterizan el formato de los documentos, los datos que brindan y las distorsiones y mediaciones que conllevan.
Palabras clave: historia; indígenas; documentos; formatos.
ABSTRACT
Dr. Lidia Nacuzzi coordinates a collective work that focuses on the documentary sources generated during the Spanish colonisation of America, and their use for the indigenous history of Chaco, the Pampas and Patagonia. In each chapter, the authors characterise the given formats and the distortion and mediation they entail.
Key words: history; indigenous people; document; format.
RESUMO
É apresentada uma obra coletiva, coordenada pela profa. dra. Lidia Nacuzzi, com foco nas fontes documentais geradas durante a colonização espanhola da América e seu uso para a história indígena do Chacho, Pampas e Patagônia. Em cada um dos capítulos, as autoras caracterizam o formato dos documentos, seus dados e as distorções e mediações que carregam.
Palavras-chave: história; indígenas; documentos; formatos.
INTRODUCCIÓN
La última obra coordinada por la Dra. Lidia Nacuzzi hace foco en las fuentes documentales generadas durante la colonización española de América y su uso para la historia indígena del Chacho, las Pampas y Patagonia. Como es habitual en Nacuzzi y su equipo de investigación, Entre los datos y los formatos… pone la mirada en las estrategias metodológicas para el tratamiento de estas fuentes, así como en la descripción minuciosa de formatos, fragmentariedades, distorsiones, voces y silencios que producen. El libro es resultado de una extensa búsqueda, recolección, digitalización, transcripción y análisis de registros en diferentes archivos a partir de los problemas de investigación de las integrantes del equipo. En cada uno de los capítulos que estructuran la obra, las autoras caracterizan el formato de los documentos, los datos que brindan y las distorsiones y mediaciones que conllevan.
El primer capítulo, escrito por Carina Lucaioli, pone el eje en los contextos de producción de los documentos y reconstruye la formación de las fronteras chaqueñas y pampeano-patagónicas. Traza así un panorama general que mejora la comprensión de los apartados posteriores y simultáneamente permite vislumbrar cómo la presencia de grupos indígenas “insumisos” -que conservaban autonomía política y económica- significó un problema clave para el avance y la presencia colonial. En efecto, las relaciones fronterizas entre hispano-criollos e indígenas adquirieron modalidades alternativas, aunque no excluyentes: enfrentamientos armados, convivencia y “mestizaje”, diplomacia e intercambio de bienes. En este marco de relaciones, Lucaioli identifica los circuitos de producción y las tramas institucionales de los documentos coloniales producidos en y para las fronteras, y esboza los itinerarios de resguardo y conservación para constituirse hoy en fuentes de información. El desafío metodológico que plantea este capítulo inicial y que será desplegado en los apartados siguientes, es el de intentar rescatar las voces indígenas a través del análisis y contextualización de los discursos coloniales.
En el segundo capítulo, Nacuzzi y Luisina Tourres analizan las actas generadas por el Cabildo de Buenos Aires. Estas son documentos burocrático-administrativos con formato estandarizado, que registraban de forma breve y selectiva las sesiones periódicas de dicho órgano de gobierno. Su potencialidad, según las autoras, radica en la triangulación con otras fuentes relacionadas a las cuestiones tratadas en el Cabildo así como en la gran cantidad de datos que ofrecen sobre las fronteras de Buenos Aires: la identificación y ubicación territorial de los grupos indígenas y sus líderes, la política colonial de reducciones y misiones religiosas, las expediciones hispano-criollas “tierra adentro” en busca de recursos, la negociación diplomática interétnica y la concertación de tratados de paz, la restitución de cautivos y cautivas, la política de obsequios por parte de Buenos Aires a diversos caciques, entre otros aspectos. No obstante, Nacuzzi y Tourres recuerdan una serie de recaudos metodológicos que, además, serán puestos en práctica en los capítulos siguientes. En esencia, que ningún registro del pasado es un reflejo cabal ni diáfano de la realidad que describe porque está mediado por factores que van desde las circunstancias en las que se generó - contexto de producción- hasta el modo de conservación; sin olvidar las alteraciones que implica el pasaje de la oralidad a la escritura. Todo ello distorsiona el contenido de los registros y condiciona la información que brindan.
El tercer capítulo es obra de Nacuzzi, Laura Aylén Enrique y Sabrina Vollweiler y aborda los diarios de las incursiones y expediciones “tierra adentro”, más allá de los confines de la frontera sur de Buenos Aires. Una de las potencialidades de este tipo de fuentes radica en la información que ofrecen sobre las rutas indígenas, los caciques y grupos indígenas, sus territorios, etnicidades, relaciones políticas e intercambios económicos. La peculiaridad más significativa, en efecto, es dar cuenta de situaciones y eventos que tuvieron lugar “tierra adentro”, en parajes distantes de la sociedad hispano-criolla. Un aporte etnográfico de singular valor en base a la experiencia cotidiana más allá de las fronteras. Las autoras advierten, a su vez, que los diarios prestaron especial atención a todos estos aspectos en virtud de la utilidad que revestían desde el punto de vista militar colonial.
Asociado a lo anterior, el cuarto capítulo, obra de Enrique y María Laura Pensa, se concentra en los mapas y su potencialidad para reconstruir e imaginar el espacio. Lo hace leyendo los registros cartográficos como un sistema de significados a través del cual un orden social es explorado, experimentado, comunicado y reproducido. Así, las autoras encuentran indicios no sólo acerca de la ubicación de los grupos indígenas -quizás el resultado más previsible, aunque no por ello cierto, de un registro cartográfico- sino también sobre los diferentes modos de entender la territorialidad de los grupos étnicos y sus relaciones e itinerarios sociales.
En el quinto capítulo, Nacuzzi y Lucaioli avanzan sobre las declaraciones de ex cautivos de grupos indígenas, producidas en los parajes coloniales de frontera. La información proporcionada por este tipo de registro alude a los actores indígenas -grupos y caciques-, el territorio -asentamientos, distancias, caminos, etc.- y las relaciones interétnicas -alianzas, límites étnicos e interacciones con hispano-criollos-. Empero, un valor especialmente significativo desde el punto de vista heurístico es que nos acerca a las experiencias del contacto intercultural casi en primera persona. En este caso de peones, soldados, arrieros y esclavos que habían convivido con grupos indígenas en sus lugares de asentamiento “tierra adentro”. Aunque sus testimonios en ocasiones parezcan escuetos, señalan las autoras, provienen de la observación etnográfica y tienen una gran fuerza conjetural. Más que brindar indicios para el estudio de los cautivos en tanto individuos, aportan al estudio de la intermediación cultural y las iniciativas que hicieron posible la comunicación entre dos mundos.
Desde el punto de vista metodológico, en este tipo de fuentes queda especialmente clara la distorsión en función de varios aspectos: de las situaciones sociales -la relación de desigualdad entre un funcionario que registra y un declarante las más de las veces iletrado y de baja condición social-, del formato judicial -retórica y formulismo-, de la propia memoria del excautivo -subjetividad personal y selección de recuerdos- y del momento de la declaración -paso de la oralidad a la escritura-. En definitiva, estos documentos que pueden considerarse a priori como testimonio de una sola persona sintetizan, en realidad, la intervención de múltiples voces.
El sexto capítulo, también de Nacuzzi y Lucaioli, se concentra en los tratados de paz entre autoridades coloniales y grupos indígenas. Por definición, estos se negociaban entre dos o más partes hostiles para poner fin a un período de guerra ocasionada por algún conflicto territorial y político. Este tipo de documento ha ocupado un lugar destacado en los estudios de las relaciones diplomáticas fronterizas. Aquí, las autoras señalan el tipo de datos específicos que ofrece con respecto a grupos indígenas, líderes y territorios atribuidos, confederaciones de caciques y otras alianzas, bienes, cautivos y rehenes intercambiados, etc. Sin embargo, Nacuzzi y Lucaioli también advierten que esta información fue consignada por los funcionarios coloniales y muestran fuertes procesos de etnificación y etnización, a la vez que evidencian profundas injerencias de la agencia colonial. De hecho, para las autoras los tratados de paz son donde más imbricados se hallan los datos registrados por los funcionarios con las distorsiones creadas por la agencia colonial. En función de ello, por ejemplo, reconocen lo dificultoso que es determinar los objetivos de la parte indígena en estos acuerdos. Además, una cuestión clave y extensamente tratada alude a su efectivo cumplimiento. Al respecto Nacuzzi y Lucaioli consideran que nada obligaba con suficiente coerción a caciques y grupos indígenas para hacerlo. Esto se debía, en esencia, a la condición de “insumisos” y a su conocimiento del territorio, los recursos económicos y el modo de obtener ganados y bienes europeos por fuera de los tratados de paz.
En el capítulo séptimo Nacuzzi pone el foco en la correspondencia epistolar generada por funcionarios de variada instrucción, en los fuertes de la línea sur de Buenos Aires, con el propósito de elevar a consideración de autoridades superiores las acciones llevadas a cabo generalmente en cumplimiento de órdenes e instrucciones. Este registro es para Nacuzzi, un modo de aproximarnos a la “gente común” e ir más allá de los “grandes hombres” de la historia. A su vez, la autora muestra el carácter seriado e intertextual de esta correspondencia -al estilo de una secretaría- y la posibilidad de complementar y cotejar información al interior del mismo cuerpo documental. A pesar de que es un conjunto de fragmentos, con faltantes y ausencias, cartas sin respuesta y períodos de silencio, es un corpus que evidencia las acciones burocráticas del Estado y sus operaciones de control, normalización, aplicación de procedimientos, cumplimiento de reglas y criterios. En definitiva, constituye un recurso heurístico clave para reconstruir la agencia del poder político colonial.
El octavo capítulo, de Lucaioli y Daniela Sosnowski, está dedicado a las anuas y catálogos de las reducciones jesuitas del Chaco. Estos son documentos muy específicos y hasta ahora poco conocidos, que las autoras consideran fuentes complementarias para el estudio de los grupos indígenas del período colonial. Asimismo, Lucaioli y Sosnowski señalan que son documentos polifónicos, producidos entre los generadores de los datos -los misioneros- y los autores de los documentos -los padres provinciales- que realizaban las visitas o los secretarios de los colegios jesuitas a cargo de efectuar copias y transcripciones-. Sus formatos, afirman las autoras, son notablemente prescriptivos y se ajustan a los lineamientos de un conjunto de instrucciones que delimitaban la información pertinente y las modalidades de registro. En cuanto a los datos, estas fuentes brindan información cuantitativa acerca de la composición de la población, los avances evangélicos y los bienes materiales de los pueblos, que habilita estudios comparativos de diferente tipo. No obstante, las autoras consideran con tino que estos datos numéricos no están exentos de distorsiones. En este caso, por ejemplo, en virtud de la interpretación de los misioneros acerca de las instrucciones sobre cómo hacer la contabilidad y registrar la información, de los defectos e incongruencias detectados en la supervisión de los padres provinciales y a raíz de un formato que ocluía problemas e inconvenientes en la evangelización o contenidos no “edificantes”.
En relación a lo anterior, en el noveno y último capítulo Lucaioli, Sosnowski y María Josefina Scala analizan los “relatos jesuitas”: conjunto de obras escritas por miembros de la Compañía de Jesús en las que los misioneros narraron vivencias y experiencias de evangelización con grupos indígenas. Los autores de estos registros se desempeñaron en las reducciones de la frontera, aprendieron lenguas, compartieron costumbres y establecieron lazos interpersonales. Asimismo, con la intención de establecer contacto con los grupos “insumisos”, participaron de expediciones hacia “tierra adentro”. Cada uno de ellos, no obstante, escribió en condiciones particulares y según intereses personales y sociales que moldearon sus memorias exaltando ciertos datos y silenciando otros. En definitiva, estos relatos constituyen una importante fuente etnográfica sobre costumbres, lenguas y formas de organización social, política, económica y religiosa de las poblaciones indígenas. A su vez, permite adentrarnos en el contexto de las reducciones y las interacciones entre indígenas, hispano-criollos y jesuitas.
En definitiva, la obra coordinada por Nacuzzi sintetiza un esfuerzo colectivo por reunir, describir y analizar los numerosos y heterogéneos formatos de los registros coloniales asociados a la historia indígena, identificando y visibilizando las condiciones de producción y reproducción, los circuitos de circulación y conservación, así como las fragmentariedades y distorsiones implicadas. Las autoras muestran de modo práctico, sencillo y con relación a sus respectivos problemas de investigación, las potencialidades y límites de cada uno de los registros. En definitiva, qué voces y silencios producen; una cuestión clave del oficio de reconstruir e interpretar el pasado. Por todo ello, Entre los datos y los formatos es una nueva y valiosa herramienta para la formación teórico-metodológica de quienes estudian la historia indígena en el período colonial.