Homenaje

En homenaje a Emilia Ferreiro (1937-2023)

Pablo Rosales
Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina

Contextos de Educación

Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina

ISSN-e: 2314-3932

Periodicidad: Semestral

núm. 35, 2023

contextos@hum.unrc.edu.ar



En mi recorrido académico, encontré la voz de Emilia Ferreiro en el tercer año de mi carrera y la sumé al foro imaginario que iba formando con un puñado de autores. De la lectura asignada de la Introducción y el Capítulo VI de Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño (escrito en coautoría con Ana Teberosky), pasé rápidamente a la lectura intencional y exploradora de los demás capítulos. Uno de los párrafos de la Introducción ya había hecho su contribución definitiva en la construcción de mi identidad académica, reuniendo en 90 palabras a la sociología de la educación con la psicopedagogía:

…creemos que en lugar de “males endémicos”, habría que hablar de selección social del sistema educativo; en lugar de llamar “deserción” al abandono de la escuela, tendríamos que llamarlo expulsión encubierta. Y no se trata de un cambio terminológico, sino de otro marco interpretativo, porque la desigualdad social y económica se manifiesta, también, en la distribución desigual de oportunidades educativas.

Cuando hablamos de selección social, no nos referimos a la intención consciente de los docentes en tanto individuos particulares, sino al papel social del sistema educativo.

(Ferreiro, E. y Teberosky, A. 1979. Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. Siglo XXI Editores. México).

El capítulo VII, Lectura, dialecto e ideología, sostenía definitoriamente mi opción por la alfabetización inicial pensada en un contexto de acceso desigual a la cultura escrita. El capítulo VIII con las Conclusiones era un sistema de ideas pleno, irreductible e inagotable en su fecundidad. Ese libro se publicó cuando Ferreiro tenía recién 42 años. Su lectura, mejor dicho, el hecho de que me lo hayan dado a leer Alicia Vázquez y María Celia Matteoda, en la cátedra en la que todavía hoy trabajo, marcaron para siempre mi identidad profesional y docente. Hace poco, compartiendo una mesa en un Congreso en la Universidad Nacional de Córdoba, Flora Perelman y Angélica Möller recordaban a Celia y a Alicia, las nombraban y se nombraban como puntos repujados en el mapa de un territorio invisible que ayudó a poblar la voz de Emilia Ferreiro a través de una red de lecturas, de citas escritas, y de encuentros en ciudades.

La vi una sola vez: pasaba a lo lejos por las galerías abiertas de mi Universidad a fines de los años ’90 como un paisaje en tránsito; no quise ir a su encuentro a pedir la firma de algún libro suyo, si es que tenía alguno en aquella época, ni a sacarme fotos a su lado. La conferencia que dio en un Aula Mayor colmada de público la seguí a través de una pantalla, en otra aula. Quería recordarla como escritora, no tenía necesidad de conocer ni acompañar ninguno de sus actos fuera de la página editada. Quería recordarla por haber escrito, por ejemplo:

no significa que el proceso de adquisición de la lengua escrita sea “natural y espontáneo”, que el maestro se limite a ser un espectador pasivo ni que baste con rodear al niño de libros para que aprenda solo. Es un proceso difícil para el niño pero no más difícil que otros procesos de adquisición de conocimiento. Es un proceso que exige tener acceso a la información socialmente vehiculizada, ya que algunas de las propiedades de la lengua escrita solo se pueden descubrir a través de otros informantes y de la participación en actos sociales donde la escritura sirve para fines específicos. (…) el trabajo de la profesora es crucial en la identificación de la naturaleza de las dificultades que se presentan, algunas de las cuales representan problemas que deben ser enfrentados por los niños. La escritura les presenta desafíos intelectuales, problemas que hay que resolver, precisamente para llegar a entender cuáles son las reglas de construcción internas al sistema.

(Ferreiro, E. 1991. El proyecto principal de educación y la alfabetización de niños: un análisis cualitativo, México D.F., Documento DIE, Nº 19).

Tan inquieta como rigurosa en sus investigaciones; tan amplia en sus fundamentos como profunda y aguda en sus reflexiones; tan estudiada por algunos grupos como mencionada masivamente y poco leída en amplios círculos educativos. Vilipendiada por quienes la responsabilizan con nombre y apellido por los males de la alfabetización escolar de los últimos 40 años, Emilia Ferreiro contrapuso su perspectiva científica sin mencionarlas, salvo en las debidas citas y referencias, eludiendo confrontaciones personales, contraargumentando ideas y no con personajes.

El año pasado, en el mes en que moría la escritora Silvia Molloy, el telescopio James Webb nos mostraba puntos que provenían de una luz recién venida desde y después de 13.500 millones de años. Pensando en Silvia Molloy entonces, como ahora en Emilia Ferreiro, leía al poeta Mario Ortiz refiriéndose a estrellas lejanas y a la luz viva que llega de algo muerto. Pienso hoy, como entonces, que parece ser ley de la materia, como de la cultura, que toda luz perdura más allá de la distancia y el tiempo que la separa de su fuente.

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