CUIDAR Y ACOMPAÑAR EL DESARROLLO DE LAS INFANCIAS EN CONTEXTOS INSTITUCIONALES

 

 

Sonia Berón, Claudia Mazzitelli, Valeria Rivas, María Fernanda Cristófano

sberon@hum.unrc.edu.ar

Universidad Nacional de Río Cuarto

República Argentina

 

 

“CUIDAR, del lat. cogitare ´pensar´ (…) ´prestar atención (a algo o a alguien) ´, ´asistir (a alguien)’, ´poner solicitud (en algo)”

(Corominas y Pascual, 2001, p. 284)

 

 

El Conversatorio Cuidar y acompañar el desarrollo de las infancias en contextos institucionales1 se pensó como un espacio de encuentro entre adultos que trabajan en instituciones educativas con niñas y niños pequeños, con el propósito de conocer la experiencia del Hogar Amaranta2. Del encuentro virtual sincrónico3, realizado el 2 de diciembre del año 2021, participaron miembros del Hogar, Directora y asesora pedagógica Esp. Alejandra De Renzis Peña y Prof. María Carolina Berra, docentes y auxiliares del Jardín Maternal Rayito de Sol de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), docentes, estudiantes y graduados del profesorado de Educación Inicial de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNRC, familias y público en general.

Acerca del título de este conversatorio, la Real Academia Española (RAE) indica que cuidar significa “Ocuparse de una persona, animal o cosa que requiere de algún tipo de atención o asistencia, estando pendiente de sus necesidades y proporcionándole lo necesario para que esté bien o esté en buen estado”; también: “Procurar, a una cosa o persona, la vigilancia o las atenciones necesarias para evitarle algún mal o peligro. En el caso de acompañar, la RAE la define como: “Estar [una persona] con otra o ir junto a ella”. Es decir, que el punto en común de las acciones de cuidar y acompañar, es ese estado o evento que requiere al mismo tiempo la existencia de dos, participantes o argumentos4.

El trabajo en el Hogar Amaranta, se piensa y desarrolla con la delicadeza propia de quienes saben lo valioso y esencial que significa cuidar y acompañar niñas y niños pequeños, en un contexto institucional. En el transcurrir del conversatorio, pudimos conocer un modo de trabajo, en el que prima el respeto por el ser individual que vive en cada niña y niño, en vínculo con un adulto referente y dentro de un entorno preparado para el desarrollo de su autonomía.

Socializamos esta experiencia dado que interpela los procesos de aprendizaje y educación en los diversos contextos de actuación, para generar mejores formas de educación y cuidado en la infancia temprana, a sabiendas del impacto en el aprendizaje y en el desarrollo de los niños pequeños.

A continuación, a modo de síntesis, se presentan algunos ejes de lo conversado y que resultan ejemplificadores de la tarea que se realiza en el hogar, recuperando las voces de referentes de la institución.

 

Comprender al niño

Cuando un niño llega al Hogar Amaranta, la primera gran cuestión es comprender amorosamente a ese niño y los motivos por los que se ha decidido la medida de abrigo para resguardarlo. Para comprender al niño pequeño, es fundamental la organización de su vida cotidiana. En general, los niños que llegan vienen avasallados en sus derechos, sin una organización y sin respuestas a sus necesidades básicas; por lo tanto, el modo en que se suceden y alternan los acontecimientos en la vida cotidiana de la institución les devuelve la estructura necesaria para organizar el ritmo del día y de la noche, y los sucesos en el descanso, la alimentación, el juego, la higiene.

“Hemos recibido niños que no podían dormir, ni a la noche, ni en el día, que no entendían que sucedía, que no podían organizarse frente a una mesa, que no tenían pautas de convivencia, entonces la estructura que da el ritmo en él: antes de, después de, le permite al niño organizarse y predisponerse de una manera participativa. (…) El niño tiene en Amaranta una participación activa y constante, en estos momentos privilegiados de intercambio, en este uno a uno, el niño es partícipe necesario y fundamental en esta construcción de lo vincular (…)  donde la palabra y el hacer del adulto en esta secuencia de:  pienso, digo y hago con el niño, va dando forma a estos momentos y a esta estructura. En estos primeros momentos de intercambio es cuando el niño empieza a percibir, en la vivencia propia del hacer con el otro, esta estructura que se va gestando y donde él es partícipe necesario y activo todo el tiempo. Esto a su vez, le genera esta sensación de contención, porque puede él, esto se transforma en que el entorno es contenedor y es previsible, en cada contexto puede comprender y puede procesar los estímulos del afuera porque tienen sentido en este hacer, esta vivencia le da mucha seguridad, y esta previsibilidad hace que el niño se predisponga y se disponga a ser partícipe de lo que va a suceder luego (…) poco a poco el niño va encontrando la certeza  y la confianza en este nuevo entorno que le propone el hogar y es a través de los momentos privilegiados de intercambio donde encontramos esta posibilidad de interactuar con el niño, en el uno a uno, en los momentos de alimentación, momentos de higiene, momentos de acompañamiento al sueño, estos momentos tan importantes que se repiten rítmicamente en el día (...) se presentan todos los días de la misma manera, con un ritual donde el niño poco a poco va teniendo la certeza de que esto siempre va a suceder, (…) y esto genera en el niño calma y confianza, la certeza de que está en un lugar seguro, se abre la posibilidad de confiar en este adulto que está con él" (Alejandra).

El ritmo constituye una herramienta fundamental que organiza, estructura y brinda contención, seguridad y previsibilidad, permitiendo que todas las áreas se desarrollen en armonía. Existen ritmos diarios, ritmos semanales, evidenciados en la repetición cíclica de las mismas actividades previsibles, como también ritmos mensuales o epocales.

“...nosotras trabajamos con esta herramienta como la herramienta principal de sanación (…) tenemos ritmos  diarios, semanales, epocales, anuales (…) es nuestra columna vertebral, sobre la cual se montan todos los otros recursos que podemos tener y desarrollar, podemos tener muchos recursos pero se presentan en un formato de ritmo saludable, (…) el ritmo le brinda al niño seguridad, previsibilidad, vitalidad, lo fortalece, mientras que el caos, la desorganización lo debilita, lo desestructura y lo enferma eventualmente, entonces, por eso decimos que es la herramienta principal de sanación. Y en Amaranta, así como tenemos estos ritmos diarios que se traducen luego en ritmos semanales, cosas que se repiten semanalmente, como las actividades o las visitas a ciertos lugares. La repetición cíclica de esas actividades previsibles, (…) luego se traduce al mes, o a la época y entonces acompañamos las estaciones del año que nos regala la naturaleza. En el hogar celebramos el ritmo de la época con fiestas y las acompañamos con canciones, con rondas, con cuentos, celebramos los cambios de estación, algunas fiestas del calendario, como la Pascua, el Adviento y la Navidad, algunas otras fiestas internas (…) y por supuesto la gran fiesta anual, el cumpleaños de cada niño, obviamente, la gran fiesta (…) que nuevamente es muy cuidada. Desde el cuidado de los sentidos, el cumpleaños no se vive en Amaranta desde un lugar de descuido y exaltación, sino al contrario desde un encuentro donde prima la sencillez y la alegría de un momento compartido (…) se cocina una torta casera para ese niño y se elige un presente sencillo, muchas veces hecho por nosotros mismos, con nuestras propias manos, pero siempre pensando para ese niño, para su momento evolutivo, para lo que ese niño está necesitando, en ese momento en particular” (María Carolina).

 

Los educadores y la familia

Es fundamental que el acompañamiento de cada niño en lo individual y de todos los niños a nivel grupal esté entramado y sea sostenido cotidianamente, por cada una de las personas que forman parte de la institución. La inconmensurable tarea de acompañar a las niñas y niños en la estructuración psíquica, anímica y emocional se construye y consolida en la interacción y diálogo tónico corporal entre el adulto referente de sala y el niño, en los momentos privilegiados del encuentro personalizado.

En el hogar convivencial se habilitan espacios de diálogo e intercambio para transmitirle a la familia que inicia el proceso de adopción, toda la información acerca del abordaje de la Institución y las pautas de convivencia cotidiana en cada contexto -momentos de alimentación, higiene, sueño y juego autónomo-. Esta transitividad facilita la construcción de un lenguaje común para lograr la resonancia y empatía necesarias en la construcción del vínculo de los niños y las familias, permitiendo una comunicación fluida que facilite la interacción y el desarrollo armónico de cada niño en esta etapa inicial de sus vidas.

“Una de las cosas que nosotros trabajamos muchísimo, es esta distancia óptima, es enorme la trascendencia que aquí tiene, tenemos que ser sostén físico, emocional y anímico para los niños, pero no podemos tener un apego pegoteado, tiene que ser un apego seguro. (…) En Amaranta el adulto no vuelca sus necesidades sobre el niño, sino que recoge y toma las necesidades del niño y le devuelve respuestas positivas, es una sinergia que se construye en cada momento cuando la respuesta es acertada, positiva, óptima para ese niño” (Alejandra).

“Creo que el broche de oro de nuestra experiencia en Amaranta, es cuando vemos que estos niños pueden partir con todo esto que han recibido, con lo que se han fortalecido, con lo que han sanado o empezado a sanar (…) nuestros procesos de vinculación son largos, son extensos, son intensos, son muy cuidados (…) Uno de esos días que fui, pasé para ver cómo estaba, cómo había estado ese día, entré y este niño, me miró y siguió jugando y ni me saludó (…) la verdad es que nunca fui tan feliz de recibir este nivel de indiferencia (…) porque eso quiere decir que ese niño ya estaba soltando Amaranta, ese despegue se estaba produciendo perfectamente (…) y nos ha pasado gracias a todo el trabajo que hacemos, creo que con todos los niños que hemos tenido, que por ahí estuvieron 3 años en Amaranta, y cuando llega su familia y después de todo este proceso, un día dicen chau y se van con una sonrisa. Esa es la constatación de que el trabajo se hizo como correspondía, no hubo traumas, no hubo ningún tipo de problema, no hubo pegoteo, el niño comienza su vida, sigue adelante con su destino. Por supuesto seguimos en contacto con la mayoría de las familias, después vienen a despedirse, pero es un pasaje totalmente saludable, suave, y es el broche de oro, la felicidad de esa indiferencia de los que están yéndose para iniciar su vida, así que eso, es misión cumplida” (María Carolina)

 

El mundo es bello 

Devolver a cada niño y niña la idea de que el mundo es un lugar seguro, amigable, bueno y bonito constituye otro propósito del hogar. Pensar y acondicionar el mundo material que rodea al niño a través del orden, de la selección de objetos lúdicos y en la generación de entornos embellecidos, preparados para el despliegue del niño, es un modo de transmitirles que el mundo es bello. En ese entorno, resulta relevante la importancia que se le otorga al juego libre y espontáneo de los niños, desarrollado principalmente en contacto con la naturaleza.

“Los ambientes que tenemos preparados para los niños en Amaranta, bajo una máxima de la pedagogía Waldorf es que, en el primer septenio para el niño, el mundo tiene que ser bello, entonces trabajamos mucho para que el mundo material que rodea a los niños en el hogar así sea, a través del orden, de la selección de objetos de juego, cosas por ahí que no están del todo terminadas e invitan a que el niño las complete con su imaginación (…). Entonces utilizamos objetos de juego de materiales nobles, tratamos de tener muchos juguetes de madera, juguetes de lana, tejidos, cera de abeja para que manipulen, un elemento bien natural, algodón, telas de seda.

Los niños están divididos por grupos según sus capacidades, no necesariamente sus edades, pero en cada sala están los objetos pertinentes a cada momento evolutivo y los elementos que le habilitan la conquista de sus habilidades motrices. Acá hago una salvedad que es que esta máxima de que el mundo es bello responde también a un concepto que nosotras nombramos mucho y que vamos a volver a nombrar en nuestra charla que es el concepto de envoltura, nosotras trabajamos mucho con la idea de la envoltura para los niños.  ¿Qué son las envolturas?, son estas capas, algunas visibles y otras no tanto, con las que recubrimos a ese niño en desarrollo (… ) lo recubrimos desde su ropa, tratamos de que siempre estén bien vestidos, por supuesto, tratamos de que estén vestidos con materiales como el algodón o lana, cosas que permitan esa respiración, ritmo que ocurre también al nivel de su cuerpo y la envoltura de la ropa por supuesto lo permite, una envoltura de calor, desde el calor del ambiente hasta el calor anímico de los adultos que los rodeamos, la envoltura del afecto, y por supuesto esta es otra envoltura, la envoltura de la belleza y de la calidez del ambiente para nosotras es muy importante” (María Carolina).

“En ese mismo sentido, es que nosotros proponemos un espacio en contacto con la naturaleza para que despliegue el juego libre. Y ese juego libre y espontáneo a nosotros nos da mucha información: si el niño está emocionalmente estable, si ha recibido lo que necesita de ese adulto, si está pudiendo encontrar dentro de sí la motivación para iniciar un movimiento hacia algo que le interesa. (…) proponemos espacios al aire libre, en contacto con la naturaleza, para que el niño despliegue este movimiento porque además regula la energía. Cuando el niño tiene una tensión que se acumula por la motivación de algo que lo inspira, que lo motiva, que lo atrae, genera una tensión necesaria para después generar el movimiento y si eso no estuviera favorecido por el entorno, que permite que ese niño se mueva en libertad, no podría regular él la energía y aparecería a lo mejor un grito, aparecería una descarga tónico muscular, como podría ser que el niño patee o pegue, porque hay una tensión que no ha sido posible de vehiculizar (…) y el contacto con la naturaleza, ¿vieron cuándo dicen es un cable a tierra?, es literal, es un cable a tierra de esa energía que el niño puede liberar de una manera armónica. (…) Y ahí también se encuentran con objetos pertinentes que le permita trepar, que le permita gatear por debajo de la mesa o de otros elementos que encuentra afuera, lo abre a la imaginación, y a la creatividad porque la naturaleza está en permanente movimiento, está viva la naturaleza” (Alejandra).

 

El mundo es bueno

¿Cómo hacer que el niño recobre la confianza en los adultos, cómo organizar el mundo de las relaciones y de los vínculos saludables en un marco institucional, cómo asegurar vínculos de calidad entre las niñas y niños y los adultos que los cuidan?

“… el gran puente son los adultos referentes, a los cuales nosotros llamamos adultos dignos de imitar. Estos adultos dignos de imitar se capacitan, por supuesto, para realizar esta tarea, con conciencia, con presencia plena, con certeza, con sensibilidad, con conocimientos reales, con recursos, pero además es muy necesario que comprendan que el adulto que está frente a un niño debe ser digno de imitar en todos los planos, lo cual es una responsabilidad inmensa. Nosotras por ejemplo, en nuestras capacitaciones les mostramos a los cuidadores que el cuidador siempre tiene que estar haciendo algo con sentido frente al niño, entonces, si los niños están desplegando su juego libre, por supuesto, el cual no interrumpimos, el adulto está haciendo algo con sentido, está barriendo las hojas, por ejemplo si está afuera, o está acomodando los juguetes, o se sienta a bordar o a coser o a ovillar, (…) porque sabemos que los niños aprenden a través de la imitación, además, les estamos ofreciendo material para su juego simbólico posterior.  Pero además, son adultos dignos de imitar porque trabajamos mucho sobre nosotros mismos, sobre nuestros pensamientos, sobre nuestros sentimientos, sobre nuestra postura ante el niño y ante el mundo, y sabemos que, como dice un lema que nosotros decimos, ‘todo aquello que por medio de mi trabajo se transforme en mí, sana, nutre y libera al niño’, siempre traemos esta frase a la conciencia porque creemos en que nuestro propio trabajo y nuestra transformación es lo que habilita al niño a volver a confiar.

Este adulto referente también resguarda celosamente los sentidos de los niños, nosotros decimos que el niño es un órgano sensorio desde que nace, el niño nace y está todo abierto, todo lo que le llega del mundo exterior llega sin filtro, sin red. Entonces, todas las vivencias que le ofrecemos, penetran directamente y se hacen cuerpo, para bien o para mal, entonces, sonidos, ruidos, luces, colores, tonos de voz, cambios de posición, de equilibrio, de temperatura, todo eso lo penetra directamente y también hay un sentido de la percepción, que está igualmente desarrollado y es por esto que los niños perciben lo que sentimos, lo que pensamos, seguramente todos tenemos alguna anécdota en la cual algún niño pareciera que nos hubiera leído el pensamiento ¿no?, interpreta lo que estamos sintiendo, lo que estamos vivenciando” (María Carolina).                                                             

 

Reflexiones finales

Como organizadoras de este espacio de encuentro y aprendizajes y como docentes en el campo de la educación y el desarrollo de las infancias, consideramos que en el Hogar Amaranta se trabaja con el objetivo irrenunciable de favorecer el desarrollo integral de las niñas y niños, desde la convicción de que los primeros años de vida son decisivos en la vida del ser humano. Cada uno de los adultos, ya sea que intervengan directa o indirectamente con los niños, están comprometidos en acompañar las infancias brindando envoltura física, emocional y anímica.

La experiencia ofrece a todas las instituciones dedicadas a la crianza y educación de niños y niñas, la posibilidad de repensar, rever y reflexionar sobre las propias prácticas de acompañamiento en el desarrollo de las infancias.

Desde el paradigma presentado en este conversatorio, es posible pensar en otras instituciones de educación temprana para ofrecer mejores oportunidades a los niños y niñas. Es imperioso continuar reflexionando, revisando nuestras propias vivencias, experiencias y prácticas en los contextos específicos.

Quienes dirigen el hogar nos cuentan su experiencia, empoderando a todas las personas que acompañan a las infancias, acercando nuevos conocimientos para transformar vidas. Para que esto sea posible, es necesario crear redes de personas que cuidan y se cuidan entre ellas, es decir, se acompaña a las infancias y a los/as adultos que cuidan de ellas.

La coherencia entre lo que se dice y cómo se interviene, es imprescindible para brindar al niño pequeño la seguridad y la confianza en el entorno, para un desarrollo armonioso y saludable. Es nuestro deber fortalecerlos para que estén dispuestos y disponibles a vivir una vida plena, los adultos son referentes de las infancias, son un puente necesario y salutogénico para el desarrollo de cada niño y niña en particular.

El Hogar Amaranta, constituye un claro ejemplo de contribución en la construcción de un paradigma de atención respetada de la infancia y a la transformación social, basado en el respeto y la dignidad humana. Consideramos que la experiencia, es inspiradora para todos los adultos, en formación o profesionales, que se dedican al cuidado y educación de niñas y niños pequeños en contextos institucionales.

 

Notas

1. Actividad de Vinculación con el Medio (AVIM), avalada por la Secretaría de Vinculación Social e Institucional de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNRC. Aprobada por Res. CD. 515/2021. URL del conversatorio https://youtu.be/frSjc6DLLIE   

2. El Hogar Convivencial Casa Amaranta, acoge a niñas y niños entre 0 y 4 años que se encuentran en situación de vulnerabilidad social. Los niños viven en el Hogar hasta que se regularice su situación judicial. Se encuentra en la localidad de Boulogne, San Isidro, Provincia de Buenos Aires (Argentina). Directora y asesora pedagógica: Esp. Alejandra De Renzis Peña y Prof. María Carolina Berra. Para más información, ingresar a: https://amaranta.com.ar/

3. Entendemos por encuentro sincrónico a la comunicación en tiempo real a través de una plataforma virtual, en este caso fue por Google Meet y transmitida por el canal de YouTube de la Facultad de Ciencias Humanas, en función de la modalidad implementada por la Pandemia causada por Covid-19.

4. Los significados de Cuidar y Acompañar fueron extraído de: https://dle.rae.es/cuidar (consultado el 17-11-22).

 

Referencias

Corominas, J. y Pascual, J. A. (2001). Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico. Gedos.

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Departamento de Cs. de la Educación, Facultad de Cs. Humanas, UNRC. ISSN 2314-3932. Revista Contextos de Educación - e-mail: contextos@hum.unrc.edu.ar 

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